Estudiar el efecto de la pandemia en la salud de los estudiantes

Abstract

En marzo del 2021 se dio a conocer el nuevo mapa nutricional de la Junta Nacional de Auxilio escolar y Becas del año 2020 el cual muestra el alza de la obesidad, Espacialmente la obesidad severa en niños de kínder y primero básico. (INTA, 2021) Estos datos fueron tomados en pleno apogeo de la pandemia. El Dr. Fernando Vio del Río, dijo lo siguiente: “Si extrapolamos los datos a todos los niños del país, tendríamos aproximadamente 200.000 niños con obesidad severa, la mayor parte con prediabetes o diabetes 2.” (INTA, 2021). La pandemia ha significado un factor principal, de características obligatorias para quedarnos en casa y así mismo provocar que nuestra alimentación caiga en una deplorable situación. Por otro lado, la obesidad infantil se ha transformado a simple vista en un verdadero problema ya que ha ido en un incremento sostenido en el tiempo, sin embargo, la obesidad no es considerada un problema grave de salud por la población, que no demanda una acción potente por parte del Estado para enfrentarla (Vio del Rio, 2021). Si bien existen iniciativas las cuales ayudan a enfrentar la obesidad infantil, estas no han tenido un gran impacto en el presente para reducir el problema de la obesidad. Además, resulta preocupante la calidad de estas situaciones, las cuales afectarían directa o indirectamente otras áreas, como la salud mental de los niños, niñas y adolescentes del país. En abril del año 2020 se realizó El Seminario de Salud Mental, el cual fue realizado en forma virtual y esté reveló lo siguiente: Un 80% de los alumnos no cuenta con un lugar propicio para concentrarse y a nivel de emociones lo que más se repite es la ansiedad, aburrimiento, estrés, molestia, frustración, preocupación y miedo (Comision de Salud, Senado de la República de Chile, 2020). Algunos de los antecedentes que gatillan estas emociones son las excesivas horas de estudio que pasan los estudiantes en un año escolar online, no contar con un lugar que esté ambientado para recibir un buen aprendizaje. También, cabe recalcar que cada una de las realidades de los estudiantes es diferente, algunos vivirán en zonas urbanas, otros en zonas rurales y la poca adaptación y emociones no controladas son detonadores de diferentes trastornos. Al realizar este estudio sabemos que la salud socioemocional de los niños y niñas se ha visto gravemente afectada por el aislamiento, tras una encuesta realizada por Educación 2020, arrojó que un 63% indicó sentir aburrimiento, un 41% manifestó sentir ansiedad o estrés, seguido por frustración y molestia (35%); mientras que un 21% dijo sentir tranquilidad y sólo un 3% indicó sentirse “feliz” de estar en casa (Educación, 2020). Estos datos nos dan un gigantesco llamado de atención para poder estar al tanto de las emociones que participan dentro de los procesos educativos y de aprendizaje de los niños y niñas a través del país. Desde la perspectiva de una educación más humana; las emociones que ellos y ellas manifiestan dan cuenta de una gran necesidad de apoyo y eso es una urgencia hoy, no para mañana (Arratia, 2020). El Centro de Estudios Públicos de Chile analizó las condiciones de los estudiantes de nuestro país según las habilidades críticas para el aprendizaje a distancia, por ejemplo, las condiciones materiales de la vivienda y el apoyo de la familia. Según los datos recopilados, uno de cada cinco escolares presenta carencias importantes en uno de estos ámbitos y un tercio de los estudiantes vulnerables se encuentra en el grupo de mayor riesgo. Las investigadoras concluyen que tanto los riesgos como las consecuencias aumentan en sectores vulnerables (CEP, 2020). En definitiva, lo que pretendemos realizando este trabajo de investigación experimental, es develar la relación que nace entre la salud de nuestros estudiantes y la pandemia Covid.19 la cual ha afectado de manera multidimensional y diferente a cada una de las familias responsables de los niños y niñas de nuestro país.