Educación emocional para niños de 8 a 12 años : una propuesta de intervención escolar

Abstract

El propósito de toda educación debiese comúnmente, enfocarse en que cada uno de los y las estudiantes se eduquen, aprendan, y sean unas mejores personas, que, a su vez, también, desarrollen competencias en conjunto con un bienestar emocional, que permita ser un aporte fundamental para el futuro (Milicic y Marchant, 2020). Elías (2003) señala que la meta de educación socioemocional busca lograr en los estudiantes capacidades para resolver problemas adversos, que acepten la responsabilidad de su autocuidado, su habilidad de desarrollar relaciones interpersonales afectivas, ser comprensivos, respetuosos, tomar decisiones con bases sólidas, que generen un bienestar personal consciente. En el área de la salud mental, se encuentran una alta gama de programas, que contribuyen a que los niños/as logren enfrentar las dificultades propias de la vida. Uno de los objetivos más importantes, es fortalecer la formación individual que abarque todas las áreas emocionales, psicológicas, afectivas, sociales y cognitivas en niños/as, dado que los problemas de desbalances psicosociales presentes en la actualidad son derivados de los complejos que intervinieron en el desarrollo infantil y juvenil. Según Bisquerra (2016) el objetivo primordial de la educación debe ser el de formar para un mundo diversificado, en donde situaciones de conflictos son ineludibles. No obstante, se debe abordar las situaciones de violencia, en la gestión de la ira como uno de los más relevantes retos de la educación. En relación con lo expuesto anteriormente, la institución educativa y sus miembros, tienen la responsabilidad como la constante misión de promover iniciativas, que comprometan a la comunidad educativa, en la participación y apoyo constante, en el proceso de formación social, emocional e integral de los y las estudiantes. En la actualidad son cada vez más frecuentes los casos de niños y jóvenes, que producto de distintos aspectos sociales, cognitivos y emocionales, ven limitada su capacidad de regular sus emociones, afectando de esta forma su salud mental y física. Esto altera el rendimiento académico, las habilidades sociales y las relaciones interpersonales. Es por esto que en algunos establecimientos educativos se están implementado jornadas educativas las cuales están orientadas a que los estudiantes logren conocer y regular sus emociones, como también empatizar con las emociones de sus pares. Considerar la dimensión emocional, es un pilar básico en el desarrollo infantil, por lo que es imprescindible tener conocimiento de los variados problemas emocionales, que puedan originarse y desarrollarse a lo largo de la infancia, puesto que esto tendrá un efecto significativo sobre el desarrollo cognitivo, social y afectivo en niños/as (Esparza y Rodríguez 2009). Teniendo en cuenta la necesidad antes mencionada, se diseña un proyecto en propuesta de la regulación emocional, por medio del cual se busca afrontar de una mejor manera la salud mental de cada estudiante, el cual se implementará a través de diversas estrategias, dinámicas e instancias con el fin de fortalecer el ámbito emocional, conductual, social, afectivo y cognitivo. La base teórica en la que se sustenta este proyecto es el libro programa GBI: una guía para el bienestar interno, el cual se centra en fortalecer el ámbito emocional, conductual y cognitivo a niños entre 8 a 12 años.