Expansión de la ciudad de Chillán durante el siglo XXI, Región de Ñuble

Abstract

El Hombre es un ser social por naturaleza, es decir, necesita de un grupo para su desarrollo, lo que en sus inicios le permitió descubrir nuevos instrumentos que modificaron su forma de vida, dando paso de una costumbre de subsistencia nómada a una sedentaria, lo que con los años logró que estos individuos fueran formando familias, para que luego estas se transformasen en comunidades, las que más adelante generarían pequeños poblados dispersos, los que con el paso de los años darían forma a las ciudades (Soto-Cortés, 2015). Estas, son componentes claves para el florecimiento de la vida en comunidad, donde el ser humano puede desarrollarse en conjunto con sus pares, además de descubrir y explotar distintas habilidades. Es por ello, que, a través de los años estas han mostrado un incremento sostenido, el cual puede llegar a responder a distintas causas, las cuales pueden ir desde aumento demográfico, a impactos en la economía de mercado, hasta cambios implementados a través de políticas institucionales, pasando por situaciones de índole natural, como lo son los desastres naturales, generando crecimientos explosivos de ciudades y una tendencia a la fragmentación de las mismas, así como también, a un cambio del espacio habitado y de la uniformidad del paisaje. Por lo anterior, la formación de estas debe responder a un ordenamiento, el cual regule la estructuración y el funcionamiento de manera óptima de la misma, donde el crecimiento o planificación de estas esté normada por parámetros de urbanización establecidos, mas, en la actualidad, y reafirmando lo anteriormente expuesto, hay ciudades que en su evolución resaltan tendencias a una expansión desorganizada, dando paso a asentamientos urbanos sin una infraestructura apropiada, sin servicios básicos o ubicadas en zonas de difícil acceso (Soto-Cortés, 2015).