La educación en competencias socioemocionales en niños y niñas de enseñanza básica de la Región de Ñuble

Abstract

El colegio es sin duda uno de los lugares principales de la vida cotidiana de las y los niños y jóvenes, ya que desempeña una influencia fundamental en su desarrollo. El objetivo de este estudio es evaluar a niñas y niños de enseñanza básica del Colegio Polivalente Padre Alberto Hurtado de la región de Ñuble., aplicando la Escala de Competencias Socio Emocionales (ECSE). La utilización de esta escala se atribuye a la necesidad de contar con un instrumento válido y fiable que evalúe las siete dimensiones socioemocionales consideradas por sus autores y que son objeto de interés para el estudio y, de esta manera poder apreciar el nivel de desarrollo de las competencias socioemocionales básicas de manera diferenciada. El instrumento está formado por 38 ítems que responden a una escala politómica de 5 puntos en las que se valoran las siguientes dimensiones: Autoconciencia emocional, Autorregulación emocional, Regulación emocional interpersonal, Empatía, Motivación, Trabajo en equipo y Resolución de conflictos. Autores como Bisquerra, Fernández-Berrocal, Extremera, Goleman, entre muchos otros, han señalado la importancia de la Inteligencia Emocional, el ambiente escolar y la autoestima del individuo. Considerables investigaciones han evidenciado que una mayor confianza en las propias capacidades, una autoestima académica saludable y altas expectativas de autoeficacia hacen que las y los estudiantes valoren las tareas y se sientan responsables de los objetivos de aprendizaje, mejorando tanto su rendimiento como su estado emocional (Núñez, González, Pienda, 1994; Vega, García y Llanos, 2009). Entre los beneficios de la Inteligencia Emocional se encuentran los de promover comportamientos positivos, tales como la regulación de emociones, comportamiento y actitud positivos, también disminuyen comportamientos de estrés o ansiedad ante situaciones conflictivas o evaluaciones, hay mejoría en el bienestar psicológico que influye sobre la salud mental del individuo, obteniendo un equilibrio emocional potenciador del rendimiento académico (Eisenberg y Spinrad, 2004; Fernández Berrocal y Extremera, 2004; 2007; Gil-Olarta, Palomenra y Brackett, 2006; Bisquerra 2008). Las competencias socioemocionales o la autoestima pueden mejorar significativamente el bienestar de las y los estudiantes, de esta forma, mejora el rendimiento y el clima en las salas de clases. No se debería dejar pasar por alto los distintos estudios llevados a cabo en la delimitación de las competencias socioemocionales (Repetto, Beltrán, Garay-Gordobil y Pena, 2006; Repetto et al., 2009) quienes consideran que éstas son al menos siete: autoconciencia, autorregulación emocional, empatía, motivación, trabajo en equipo y resolución de conflictos. En este estudio se encuentran distintas escalas con instrumentos similares al ECSE, tales como: Escala de Reconocimiento, Regulación, Empatía y Resolución de Problemas, Cuestionario de Desarrollo Emocional, Evaluación de la Autoestima en Educación Primaria, Cuestionario Clima Social Aula, Escalas para evaluar la Ansiedad Estado y la Ansiedad Rasgo, Escala de Inteligencia Emocional. Por otro lado, se encuentran fragmentos de países dónde la escala ECSE ha sido aplicada tanto en estudiantes como en trabajadores, de esta forma, se obtienen diferentes referencias y conclusiones de los resultados al evaluar con el instrumento ya nombrado. Así también, reforzar la hipótesis. La educación emocional ha sido definida como “un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Se ha señalado la gran importancia de una adecuada educación emocional de cara a facilitar una buena socialización de la persona en desarrollo (Bisquerra, 2000), mejorar su calidad de vida y prevenir dificultades no sólo de tipo psicológico sino también de carácter médico y social (Ortega Navas, 2010; Richman, Kubzansky, Maselko, Kawachi, Choo, Bauer, 2005). Numerosas investigaciones han demostrado que una mayor confianza en las propias capacidades, una saludable autoestima académica y unas altas expectativas de autoeficacia hacen que el estudiante valore las tareas y se sienta responsable de los objetivos de aprendizaje, mejorando así tanto su rendimiento como su estado emocional (Núñez, González-Pienda, 1994; Vega, García y Llanos, 2009).