Análisis de la capacidad de adaptación al cambio climático de las comunidades rurales de la provincia de Ñuble

Abstract

Desde que se realizaron los primeros pronunciamientos “principalmente los emitidos por la ONU desde el año 1992” que se ha generado un amplio interés por el tema del cambio climático, sin embargo, los anuncios de los efectos proyectados que éste produce han sido tan cambiantes como el mismo clima. En efecto, Como ocurre con diversos asuntos relacionados con preocupaciones sociales, económicas y ambientales, existen puntos tanto a favor como en contra de los efectos del cambio climático, los cuales se debaten regularmente sin llegar a un consenso. Si bien cada vez existe una mayor aceptación de que el clima es cambiante y que está fuertemente influenciado por la actividad humana, los programas y acciones futuras abarcan diversas acciones para mitigar dicho impactos sin dejar de lado la controversia que esto implica. La dificultad de estos estudios proviene del gran número y complejidad de los factores que afectan al cambio climático. Las variaciones principalmente en el clima dependen de factores intrínsecos como, por ejemplo, las condiciones de la atmósfera, los océanos, los hielos, y la tierra firme, incluyendo sus diversos ecosistemas y tipos de vegetación, las zonas cubiertas de nieve, las aguas superficiales y subterráneas, etc. Pero también están influidas por factores externos como la actividad del sol, o las variaciones de la órbita de la Tierra en el sistema solar. Otras actividades externas que pueden influir son las erupciones volcánicas que con sus cenizas oscurecen la atmósfera, o las actividades humanas que añaden gases o partículas a la atmósfera (Ciencias de la tierra y el medio ambiente, 2000) El debate se ha concentrado en los efectos económicos y sociales dando cuenta de la relevancia del tema principalmente en la producción de alimentos. En términos más conceptuales, se denomina cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático tanto a escala global como regional. Dichos cambios se producen a diversas escalas de tiempo y sobretodo parámetros meteorológicos como temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etc. En teoría, son debido tanto a causas naturales, como un cambio de las radiaciones solares, en la composición de la atmósfera, en la disposición de los continentes, en las corrientes marinas o en la órbita de la tierra, los que pueden modificar la distribución de la energía y el equilibrio térmico, alterando así profundamente el clima cuando se trata de procesos de larga duración. Por otro lado, también es atribuido a causas antropogénicas (efectos producidos por las actividades humanas) como la utilización indiscriminada de recursos naturales, la quema de combustible que produce dióxido de carbono y otras que por ejemplo han causado un efecto negativo trascendente en el aumento de la temperatura, deforestación, reconversión de tierras para sus actividades agrarias y ganadera y sobretodo el aumento en la industrialización (IPCC, 2007) La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término «cambio climático» solo para referirse al cambio por causa humanas: “Por cambio climático se entiende un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observado durante periodos comparables” (Informe Naciones Unidas, 1992:3). El cambio climático es la expresión más aguda de una crisis global que involucra no sólo aspectos ambientales, sino también económicos, políticos, culturales y sociales. No es un problemática del futuro, ya que hoy se ven y se viven sus efectos, los cuales tienen graves repercusiones en diversos ámbitos de la vida de las personas, comunidades y ecosistemas. Los impactos ya son perceptibles, como el aumento de la temperatura global de 0,85 °C, aumento del nivel del mar, el progresivo deshielo de las masas globales en el Ártico, etc. Como además se pueden ver sus impactos económicos y sociales, como daños en las cosechas y en la producción alimentaria, riesgos en la salud, fenómenos extremos como tormentas y huracanes y principalmente sequias. En el caso de Chile, el país no se encuentra ajeno a la problemática del cambio climático, pues cumple con siete de los nueve criterios establecidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para ser considerado como un país vulnerable a los efectos de este fenómeno: posee zonas costeras bajas; zonas áridas y semiáridas, zonas de cobertura forestal, zonas expuestas al deterioro forestal, zonas de sequía y desertificación; tiene zonas propensas a los desastres naturales, alta contaminación atmosférica urbana, zonas de ecosistemas frágiles, incluidos los ecosistemas montañosos. A esto se le suma una economía intensiva en energía y recursos naturales. Esto significa que Chile, inexorablemente, sufrirá los impactos a nivel climático, económico, social, en el área de la salud y calidad de vida.