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Título : Vida conventual : misioneros franciscanos en la frontera sur del imperio español hacia el periodo tardo colonial
Autor : Leal Pino, Cristián E.
Purrán Montoya, Cristian Alexis -- cpurran@alumnos.ubiobio.cl
Universidad del Bío-Bío. Escuela de Pedagogía en Historia y Geografía (Chile)
Palabras clave : MISIONEROS-CHILLÁN(CHILE)
FRANCISCANOS EN CHILE-HISTORIA
FRANCISCANOS EN CHILLAN(CHILE)-HISTORIA
MISIONEROS FRANCISCANOS
COLEGIO DE MISIONEROS
Fecha de publicación : 2019
Resumen : La investigación que se presenta a continuación nos permitió conocer más sobre la Orden seráfica de los franciscanos del Colegio de Propaganda Fide de San Ildefonso de Chillán. Esta orden mendicante tiene 466 años de presencia en nuestro país, «En 1553 […] llegaban a Santiago, provenientes del Perú, los primeros misioneros ». En esta región propagaron el evangelio con su palabra y testimonio de vida entre los indígenas Araucanos, cuyos frutos serían fundamentales para mantener las relaciones entre la Corona española y los naturales. La presente investigación se centró en la vida conventual de los Hermanos Menores, en el Colegio de Propaganda Fide de San Ildefonso de Chillán, en el periodo tardo colonial, lugar donde se preparaban los misioneros para ser enviados a la frontera a expandir el evangelio. Por medio de la consulta de fuentes documentales existentes en el Archivo Franciscano de Santiago de Chile, fuentes escritas por historiadores nacionales y extranjeros especialistas en el franciscanismo. Además, se analizaron: Libros de Cuentas, Disposiciones, Informes y Cartas de los misioneros del Colegio de Chillán desde fines del siglo XVII y hasta principios del XVIII. Es necesario recapitular un poco la Historia que relaciona a los Hermanos Menores con el continente americano desde los inicios del descubrimiento. La aprobación del primer viaje de Cristóbal Colón dependió de un franciscano, el Fray Juan Pérez, del monasterio de Santa María de la Rábida, «que era confesor de la Reina, decide jugárselas por Colón, enviando una carta a Isabel », el fraile convence a los Reyes Católicos para apoyar el proyecto de navegación a occidente. La expansión española hacia el nuevo mundo siempre estuvo ligada al evangelio. Los reyes españoles al enterarse del descubrimiento de las Islas del Caribe solicitaron al Papa que les concediera estas tierras. «Este accedió promulgando las bulas Inter caetera de 3 y 4 de mayo de 1493, por la cual Alejandro VI hace la donación a los Reyes Católicos ». Comprometiendo a los reyes para que expandieran el evangelio a los habitantes del nuevo mundo. Los exploradores vinieron a América acompañados por soldados y religiosos, en un comienzo actuaron los soldados sometiendo a los naturales, pero en vista de las continuas rebeliones, por los abusos que cometían los conquistadores, son los misioneros que asumen un papel más importante. Estos actuaban en defensa del indígena, situándose en posiciones opuestas a los conquistadores, evangelizaban por la vía pacífica para ganar la confianza de los infieles. Los franciscanos se insertaron en América llegando a cada rincón de la extensa geografía, siguiendo las empresas de conquista y colonización, «procuraron hacer su acción apostólica en toda la geografía del continente. Desde las islas caribeñas, hacia el norte y hacia el sur ». A Chile llegaron en 1533 como respuesta a la petición de la Real Cédula de Felipe II, quien los necesitaba para la defensa, educación y cristianización de los indígenas. En Chile realizaron la expansión del evangelio por medio de dos ramas de la familia Franciscana: «la provincia de la Santísima Trinidad y la dependiente de la congregación de Propaganda Fide ». La congragación de Propaganda Fide «fue creada por Gregorio XV en Roma, en el año 1622, con la finalidad de coordinar la actividad misionera de la iglesia con especial atención a las grandes empresas de ultramar ». La Orden franciscana tuvo la responsabilidad de organizar esta nueva institución. Con el tiempo los frailes crearon los Colegios de Propaganda Fide, para reimpulsar el fervor misionero. Los «orígenes de los colegios de propaganda datan del año 1678, fecha en que el padre Antonio Afonceca […] fundó el de San Antonio de Varatojo en los Algarves y le obtuvo aprobación pontifica ». El papa les dio respaldo a los Colegios creados con el fin de atender las misiones entre infieles en un lugar determinado. El primer Colegio que se estableció en América fue el de Querétaro, en el virreinato de Nueva España, impulsado por el padre Llinaz. En este colegio se crean las primeras leyes que rigen los Colegios de Misiones, fueron aprobadas «por el sumo pontífice Inocencio XI en su bula Ecclesiae Catholicae de 16 de octubre de 1686 ». En Chile se fundó el Colegio de Propaganda Fide en el año 1756, en el convento de San Ildefonso de Chillán, «conservándole el mismo titular, San Ildefonso, que antes tenía ». Este colegio de misiones constituyó un centro difusor de la palabra de Cristo, desde ahí parten todas las misiones que van hacia el sur de la región, la Frontera, límite entre dos naciones: la española y la araucana. El Colegio de San Ildefonso necesitó de recursos económicos para llevar adelante la labor de evangelizar y educar al pueblo araucano, se debían cubrir los gastos que demandaba la manutención y el cuidado de los religiosos. Esto fue lo que nos movió a investigar, para conocer cómo se mantenía el establecimiento. Nuestra investigación la estructuramos en tres capítulos que nos permitieron conocer la Orden de los Hermanos Menores y la labor realizada en América y en nuestro país. El primer capítulo habla de la llegada de la Orden de San Francisco y su despliegue misionero por América, hasta llegar al Reino de Chile, y el establecimiento del Colegio de Propaganda Fide en Chillán y la evangelización de los araucanos. El segundo capítulo habla de la espiritualidad de los frailes seráficos, quienes imitaban la Regla que estableció el patriarca San Francisco de Asís. La realización de los ejercicios espirituales los mantenía alejados de la vida del siglo. Esto les permitió vivir con humildad respetando la Santa Pobreza que tanto admiraron los indígenas, al verlos desinteresado por las cosas materiales. El capítulo tres se enfoca en la administración económica del Colegio de Propaganda Fide de Chillán; como los frailes tuvieron que vivir sin tener que pasar a llevar el voto de pobreza. El Colegio administrado por los Síndicos permitió entregar el sustento y abrigo a los frailes seráficos; proveer de los cuidados necesarios a los misioneros que regresaban desgastados después evangelizar en tierras de infieles.
Descripción : Memoria (Profesor de Educación Media en Historia y Geografía) -- Universidad del Bío-Bío. Chillán, 2019.
URI : http://repobib.ubiobio.cl/jspui/handle/123456789/2876
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