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http://repobib.ubiobio.cl/jspui/handle/123456789/1857
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Título : | Guerra fría, contingencia política y censura en la música popular chilena : 1964-1978 |
Autor : | Ponce de León Leiva, Rossana E. Ruiz López, Ricardo Universidad del Bío-Bío. Escuela de Pedagogía en Historia y Geografía (Chile) |
Palabras clave : | MUSICA POPULAR-CHILE-SIGLO XX-HISTORIA Y CRITICA MUSICA FOLCLORICA-CHILE-SIGLO XX-HISTORIA Y CRITICA GUERRA FRIA CHILE-HISTORIA-1964-1978 |
Fecha de publicación : | 2007 |
Resumen : | Las manifestaciones culturales y artísticas, representan una interesante forma de crear realidades y construir mundos. Muestran una imagen de su tiempo como pocas otras actividades humanas pueden hacer.
Se transforman así en una práctica manera de traspasar valores y construir lo que se denomina “sentido común”. Determinan, en mayor o menor medida, lo correcto y lo incorrecto dentro de una sociedad. En otras palabras, son un medio muy efectivo para la construcción, difusión y legitimación de discursos.
Por ello, históricamente, las clases dominantes de cualquier sociedad se han servido del arte y de sus diferentes manifestaciones como una muy eficiente forma de construir o afianzar las ideas dominantes.
Las manifestaciones culturales y artísticas se sitúan entonces como un factor más dentro de lo que se denomina el ejercicio del poder, ya que gran parte de la sociedad acepta estas ideas impuestas desde arriba sin mayores cuestionamientos, lo que las legitima como cultura oficial.
Sin embargo, también en todas las sociedades, cual más cual menos dependiendo del grado de represión y autoritarismo que en ésta domine, surgen voces disidentes que se niegan a asimilar lo que se les quiere imponer, asumiendo una postura crítica y creando también sus propias manifestaciones culturales, intelectuales y artísticas, por lo general mucho más cercanas a la realidad que las difundidas por los círculos de poder.
Claro está que estas ideas disidentes son víctimas casi siempre, de la censura, de la represión y, no pocas veces, de la violencia por parte de la clase dominante en su intento por ocultar una realidad siempre menos feliz y más dramática que la “oficial”.
Pero en los últimos tiempos también se han generado maneras más sutiles de ejercer el dominio de las ideas y los medios de comunicación (diarios, canales de televisión, radioemisoras) han jugado aquí un papel preponderante. “Los medios de comunicación tienen la facultad de ‘producir’ realidad, a tiempo completo, y el privilegio que no existe actualmente una realidad que encuentre un alcance espacial comparable al de las realidades que ellos construyen y propagan
a través de cualesquiera de los géneros cubiertos por sus emisiones". Contextualizando socialmente a los medios de comunicación, éstos se han
transformado en el espacio público desde donde de manera más eficaz se verifica
la representatividad y la alienación social. Esto se expresa de mejor forma si
tomamos en cuenta que los medios en su mayoría están controlados por los
mismos círculos que ostentan el poder político y económico.
Pero dentro de todas las manifestaciones artísticas quizás la que ejerce una
mayor influencia dentro de la sociedad es la música popular. Independientemente
de la afición que cada persona tenga hacia ella, la música popular a partir de, al
menos, la década del sesenta, está constantemente siendo parte de las vidas de
la población en general, ya que la facilidad con la cual puede ser distribuida
masivamente a través de los medios de comunicación más populares (léase la
televisión y la radio), hace que muy pocas personas estén ajenas a ella. Sobretodo
si la comparamos con otras manifestaciones artísticas como la literatura, el cine, la
pintura, la escultura, el ballet, el teatro o, incluso, la propia música docta.
En ese sentido, “cabe recordar que la música popular desempeña ciertas
funciones sociales que muchas veces determinan su valoración estética.
Contribuye a situar socialmente al individuo, le ayuda a conocer y dar forma a sus
sentimientos, influye en su comportamiento, y lo hace sentirse partícipe de una
época y miembro de una nación. En el desempeño de estas funciones, los
clásicos de la música popular cumplen un papel central, pues constituyen las
canciones que han ejercido una influencia duradera a un mayor número de
personas, siendo reconocidas como emblemáticas de un momento histórico y de
una nación". Los años sesenta y setenta del siglo XX, fueron, mundialmente, décadas
particularmente complejas en términos políticos, sociales y culturales. La irrupción de las clases medias, y en menor medida de las bajas, en los diversos ámbitos del
acontecer internacional, promovieron la aparición de una serie de movimientos
culturales que venían germinando por décadas. Grupos históricamente
marginados (mujeres, jóvenes, estudiantes, clases medias, entre otros) comienzan
a convertirse en actores activos dentro de la sociedad. Es lo que Noam Chomsky
(1994) ha llamado, un tanto irónicamente, “la insurrección de la chusma”: “en la
década de los sesenta, el populacho se soliviantó en todo el mundo occidental y
empezó a participar en la actividad política. Grupos de todo tipo, por lo general
apáticos y pasivos, dóciles y serviles con los amos, empezaron a alzar sus voces,
a organizarse, a plantear reivindicaciones en el campo de la política y a actuar
para hacerlas efectivas". Así, entonces, surgen movimientos culturales tales
como, el feminismo, el pacifismo, el hippismo, el ecologismo y los intentos de
reforma en las universidades. Todo esto configuró un escenario mundial
particularmente ideologizado y politizado, tomando en cuenta además la situación
global en la cual este contexto estaba inserto: la Guerra Fría. Esta Guerra Fría, que dividió al mundo en dos bloques, capitalista y
socialista, generó un proceso de producción de material bélico y de adquisición de
armas por parte de las dos superpotencias que lideraban ambos grupos, EE.UU y
la URSS, que tras lo ocurrido en Hiroshima y Nagasaki, mantuvo al mundo en una
constante inquietud y tensión. Aunque esta carrera armamentista, si bien real, fue
más simbólica que práctica, según Eric Hobsbawm (1996) hizo que:
“Generaciones enteras crecieran bajo la amenaza de un conflicto nuclear global
que, tal como creían muchos, podía estallar en cualquier momento y arrasar a la humanidad. En realidad, aún a los que no creían que cualquiera de los dos bandos
tuviera la intención de atacar al otro les resultaba difícil no caer en el pesimismo". La Guerra Fría trajo como consecuencia, entonces, la división del mundo en
dos polos de ideologías excesivamente divergentes. Como ya se señaló, instaló la
lucha entre capitalistas y socialistas, la que Chile reprodujo de manera interna. A
pesar de que existían los famosos tres tercios (derecha, centro, izquierda), en los
momentos más conflictivos, la Democracia Cristiana y la Derecha hacían frente
común y se alineaban en un solo bando en contra de la Izquierda.
Bajo toda esta polarización política, tanto externa como interna, no es de
extrañar que la música popular chilena haya adquirido ribetes de ideologización
nunca antes experimentados en nuestra Historia.
La Nueva Canción Chilena se alineó en torno al mundo de izquierda, como
era de esperarse, mientras que el folklore tradicional de salón lo hizo, como
siempre lo había hecho, en torno a la derecha.
La llegada al poder de Salvador Allende (el primer presidente socialista en
el mundo que lograba vencer de manera democrática), su posterior caída y muerte
a consecuencia de un alzamiento militar, la instauración de un régimen dictatorial y
autoritario y los consiguientes abusos en contra de los Derechos Humanos,
crearon un ambiente político y social extremadamente enrarecido y violento, bajo
el cual la música popular chilena se expresaba de manera peligrosa y radicalizada,
mezclando censura, represión y favoritismos.
Sin embargo, la historiografía chilena, en sus investigaciones, no les ha
otorgado a las manifestaciones artísticas el valor que merecen como espejo de
nuestra sociedad. Por ello, el estudio de la música popular chilena podría
transformarse en una interesante y novedosa forma de acercarse a la
comprensión de nuestra Historia reciente.
Surge así la siguiente interrogante: ¿Cómo influye la contingencia política
en el desarrollo de las manifestaciones artísticas en un determinado momento
histórico?, o yendo a un plano más específico ¿Cómo afectó la contingencia
política nacional e internacional en el desarrollo, tanto compositivo como de difusión, de la música popular chilena en el período comprendido entre los años 1964 y 1978? Es, justamente, a esta última pregunta a lo que este estudio pretende dar respuesta, razón por la cual se transformará, de ahora en adelante, en el hilo conductor de la investigación. |
Descripción : | Memoria (Profesor de Educación Media en Historia y Geografía) -- Universidad del Bío-Bío. Chillán, 2007. |
URI : | http://repobib.ubiobio.cl/jspui/handle/123456789/1857 |
Aparece en las colecciones: | Pedagogía en Historia y Geografía
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