El rol de la mujer en el desempeño y gestión universitaria de las instituciones estatales de educación superior de Chile

Abstract

La incorporación de la mujer a diversos ámbitos de la vida pública y en especial, al mundo del trabajo ha sido una de las transformaciones más importantes que han vivido los países en los últimos años y la educación superior no ha estado ajena a estas transformaciones que han generado cambios en los estereotipos y roles en las distintas organizaciones. Sin embargo, a pesar de los avances prevalece cierta discriminación de género que se manifiesta especialmente en aquellas labores que conllevan un nivel elevado de responsabilidad y valoración social, evidenciando los denominados techos de cristal, como barreras invisibles que no permiten el ascenso de las mujeres a altos cargos directivos. En este sentido, esta investigación indaga sobre la situación de las mujeres en las universidades estatales chilenas desde la perspectiva de los cargos de alta dirección y su incidencia en el desempeño de ellas, para ello se identifican cinco niveles jerárquicos como son: junta directiva, rectoría, equipo de rectorado, decanaturas y directores de departamento, para lo cual se consultaron la web y memorias de todas las instituciones. A través de un análisis estadístico descriptivo y posteriormente, la aplicación de un modelo logit, se establecieron que los cargos directivos en promedio tienen una correlación positiva con el tamaño de matrícula, que de un total de 847 cargos en Chile, 206 cargos son ocupados por mujeres lo que representa un 24,3%, porcentualmente mayor al promedio nacional que alcanza un 21,7% y que en términos proporcionales la mayor parte de las mujeres se concentra en los niveles de decanatura y directores de departamento, a partir de ese nivel de cargos en forma ascendente se observa menor participación de mujeres en la pirámide organizacional. En cuanto a la incidencia en el desempeño medido por años de acreditación, presencia en ranking internacional y variables financieras, se pudo comprobar que no hay significancia estadística que permita inferir que la presencia de mujeres ni la de hombres mejora el desempeño de las universidades.