Prácticas de consumo sustentable en alumnos vespertinos de la Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad del Bío-Bío, sede Chillán

Abstract

El consumo se basa en las decisiones que toma el individuo, en el contexto de la comunidad en la que vive, como de la sociedad global. Los esquemas del consumo dependen de lo que está disponible, es decir, los recursos que se pueden procurar un individuo o un grupo de personas. Depende también de lo que se ahorra para el futuro, el traslado de la satisfacción inmediata de ciertas necesidades con vistas a una mayor satisfacción posterior en favor de las generaciones actuales y futuras. Durante los últimos 30 años Chile ha vivido una serie de cambios en su política económica que han desencadenado una diversidad de transformaciones en la forma de vida de las personas. Uno de los principales cambios asociados a estas transformaciones, fue la expansión del consumo. En pocas décadas pasamos de ser una sociedad de relativa escases, a una sociedad en donde al acceso a bienes y servicios se había masificado a gran parte de la población. (Aglon & Ariztía, 2012) En los últimos cinco años, el Estado y principalmente, la ciudadanía, de la mano de las redes sociales, ha incentivado la aparición de un nuevo tipo de consumo que cada día toma mayor relevancia en Chile: Consumo Sustentable. Pero, ¿Qué es el consumo sustentable? El consumo sustentable está relacionado con nuestro estilo de vida, que incluye nuestras decisiones de compra (del individuo, Empresa y Estado) y nuestros hábitos de usar y desechar productos y servicios. Según la definición de Naciones Unidas, el “Consumo Sustentable es el uso de productos y servicios que responden a necesidades básicas y que conllevan a una mejor calidad de vida y que además minimizan el uso de recursos naturales, materias tóxicas, emisiones de desechos y contaminantes durante todo su ciclo de vida y que no comprometen las necesidades de las futuras generaciones.” (Naciones Unidas, 2011) Pese a que la idea de un desarrollo sustentable no es compleja, tanto su puesta en marcha como el diseño de sistemas adecuados para medir su evolución presentan dificultades prácticas que aún no se han podido resolver. La inadecuada comprensión de estos términos (debido en gran parte a su novedad) genera una serie de problemas que se agravan, por una incorrecta difusión de los conceptos en los distintos públicos y un mal manejo de indicadores, provocando una falta de valorización por parte de la población del concepto de sustentabilidad y todo lo que ello involucra.