Construcción de género en un grupo de niños y niñas de una escuela rural

Abstract

La presente investigación buscó indagar en el contexto de una escuela rural, con objeto de describir las construcciones de género de un grupo de niños y niñas de primer ciclo de educación básica de la provincia de Ñuble. Caracterizando de esta manera representaciones de masculinidad y feminidad presentes en los niños y niñas, describiendo sus identidades de género y el cómo visualizan las prácticas de género de los profesores y profesoras en su correspondiente contexto. Viotti y Del Valle (2013) plantean que esta construcción del conocimiento personal y la identidad de los niños y niñas, deben ser, visualizadas a partir de la acción de los códigos de género generados en la escuela, ya que estas pautas de masculinidad y feminidad están presentes en las prácticas del diario vivir escolar. En esta línea, Cayeros (2010) expresa que estas construcciones son configuradas por un sistema sexo/género patriarcal, en el cual las características femeninas están sometidas a las masculinas, siendo valorados en mayor medida los atributos de los varones frente a los de las mujeres. Hecho graficado en el medio educativo y de manera particular en la sala de clases, ejemplificado en situaciones como el que exista la preferencia del profesorado por darle la palabra en su mayoría a los niños por sobre las niñas, pidiéndole que ellos sean los que pasan a la pizarra por ejemplo, diferenciándolos como más ‘aptos’ para este tipo de actividades, a diferencia de las niñas las cuales son más solicitadas al momento de realizar tareas de cooperación como barrer o limpiar, lo que es propio de un rol tradicionalmente adjudicado a las mujeres. “Así, la manera en que se produce la asignación de roles va reforzando las desigualdades y estableciendo como normales o naturales relaciones de dominación y de grados de poder asignados según el sexo de las personas” (Mineduc, 2008, p.10). En una investigación realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2010), se plantea que “la escuela posee un enorme potencial como espacio de cambio para avanzar hacia relaciones de género más igualitarias” (p.143). De la misma forma, dicho programa observa que en los hogares y en los contextos educacionales, se reelaboran los roles de género predominantes, lo que influye en la creación de competencias en los niños y niñas. Todo esto incide en las decisiones que adoptan mujeres y hombres en sus alternativas educacionales, proyectos personales y de manera futura en cuanto a sus perspectivas laborales (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2010).